Este año, Cruz Roja Collado Villalba tiene el objetivo de ayudar a más de 54 familias .
COLLADO VILLALBA. La pobreza energética es una faceta más de la pobreza y afecta de una forma más intensa a los hogares más vulnerables. Esa es una de las principales conclusiones del último Boletín sobre la Vulnerabilidad Social nº 17 de Cruz Roja, denominado ‘La Vulnerabilidad asociada al ámbito de la vivienda y pobreza energética en la población atendida por Cruz Roja’.
Cerca del 60% de las personas atendidas por Cruz Roja tiene que elegir entre pagar gastos básicos, como llevar una alimentación adecuada, o calentar sus hogares. El 77% de las personas reconoce que tiene dificultades para llegar a fin de mes y el 37% afirma que ‘pasa frio en su hogar’ durante el invierno.
“En Cruz Roja Collado Villalba hemos ayudado en 2018 a mas de 35 familias de nuestros municipios para que puedan adecuar el consumo de energía de sus hogares. También les entregamos kits de efiencia energética para que puedan ahorrar en la factura y, en situaciones muy concretas, se puede valorar el ayudar en el pago de recibos para evitar cortes en el suministro. Ademas para este año 2019 tenemos el objetivo de ayudar a más de 54 familias de nuestro ámbito y realizar visitas a algunos de los domicilios para realizar mejoras en la vivienda que contribuyan a corregir su situación.”
“Las consecuencias de la pobreza energética se traducen en enfermedades físicas y mentales que afectan a los colectivos más vulnerables. Esto es, a personas mayores de 60 años y a niños y niñas.
Además, la falta de condiciones de temperatura y confort repercuten también en el rendimiento escolar de los menores y puede ser un motivo de aislamiento social al no disponer de condiciones y estancias adecuadas.
En una vivienda que no reúne las condiciones térmicas y de salubridad adecuadas pueden aparecer moho y humedades en sus cerramientos. En consecuencia, estas patologías pueden afectar a la salud de las personas que la habitan.” señala Laura Garcia, Tecnico de Salud y Medio Ambiente de Cruz Roja Española en Collado Villalba
Los equipos de Cruz Roja realizaron en 2018 una amplia labor contra la pobreza energética con la entrega de ayudas económicas para el pago de recibos de agua, luz o gas a más de 18.000 familias vulnerables por valor de 3 millones de euros.
A su vez, más de 6.000 familias vulnerables participaron en talleres de asesoramiento e información para mejorar la eficiencia energética de sus hogares en 2018. Por ejemplo, analizando la factura para ajustar la potencia contratada, la tarifa más adecuada o con información para solicitar ayudas sociales, el bono social eléctrico.
En la valoración que Cruz Roja realiza sobre la situación de las personas más vulnerables, se identifica si viven en un hogar con unas necesidades especiales de energía, por ejemplo, personas con enfermedades crónicas, electrodependientes o bebés.
Esta labor también permite determinar si tienen instalaciones eléctricas o de calefacción en mal estado que puedan resultar peligrosas o que necesiten reparaciones para mejorar la eficiencia. En los casos más graves, se valora también la sustitución o reparación puntual de elementos básicos como calentadores de agua, calderas o electrodomésticos en mal estado.
De forma complementaria, Cruz Roja entregó gratuitamente más de 6.400 kits de eficiencia energética a familias vulnerables en 2018. Estos kits incluyen bombillas de bajo consumo, burletes para puertas y ventanas, regletas eléctricas, entre otros que permiten mejorar de una forma sencilla el uso de la energía en su domicilio.
La pobreza energética afecta a los hogares más vulnerables
El Boletín sobre la vulnerabilidad social de Cruz Roja nº 17 analiza los principales problemas relacionados con la pobreza energética que afectan a las personas atendidas por Cruz Roja: el 83,3% está en riesgo de pobreza y exclusión social, más del 65% son mujeres y hay una importante presencia de hogares donde viven niños y niñas, familias mono-marentales, personas mayores y/o con discapacidad. El 56% de las personas encuestadas afirma que la pobreza energética tiene consecuencias en su salud, como enfermedades respiratorias, reumatismo o artrosis.
La investigación también analiza el grado de uso y de conocimiento de los recursos y tarifas que existen para personas vulnerables: sólo el 19% utiliza el bono social y el 54% dice no conocerlo, y con respecto a la tarifa regulada PVPC, sólo un 3,5% la utiliza y el 90% dice desconocerla.
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